21.3.24

Decirte NO para poder liberarte




Uno de los ejercicios que con mayor frecuencia recomiendo a algunas personas que empiezan un proceso de coaching es decir un NO diario a alguien, que signifique en la práctica un SI para ellas.



Suelen ser personas muy disponibles, que dicen sí antes de pensar si realmente pueden o deben comprometerse a hacer aquello que se les pide y que a menudo renuncian a cubrir necesidades propias o a hacer los planes que tenían programados, para satisfacer las peticiones de terceras personas.

En definitiva, personas que no saben decir no. Cuando aprenden a priorizarse y a tener en cuenta sus necesidades (al menos tanto como tienen en cuenta las ajenas) su vida se vuelve mucho menos estresante porque encuentran un equilibro entre dar y recibir, que pasa por decir SI a aquello que desean. En estos casos, el NO marca un límite imprescindible para preservar el  espacio o el tiempo que necesitan para su desarrollo. Si te viene muy bien hacer yoga a tal hora, di que no a tu amiga cuando te pida que la acompañes a hacer una gestión.  Si un NO a secas te parece demasiado contundente, puedes decir le AHORA NO, pero SÍ en otro momento que se ajuste más a tu agenda o que no te suponga renunciar a  lo tuyo para satisfacer a esta otra persona. Se trata de compatibilizar tus necesidades con las de los demás en lugar de renunciar a ellas para que los demás estén contentos. Entre otras cosas, porque la mayor parte de las veces, esta renuncia no habría sido necesaria.
 
El post de hoy va de otro tipo de NO. Es un NO dirigido a un@ mism@, o, por lo menos a esa parte de nosotr@s mism@s que no está alineada con nuestro bien. 

Lo resume bien Yung Pueblo en su libro CLARITY&CONNECTION p.187 que traduzco libremente:

“Una de las habilidades más difíciles de dominar es decirte no a ti mismo para poder elevarte y desplegarte hasta convertirte en un ser más grande: No a las distracciones  o a la falta de coherencia, no a los patrones y formas de hacer que te devuelven al pasado, no a hacer únicamente lo que te resulta fácil, no a la duda y al miedo.”
Entramos en una paradoja: ¿Es posible que poniéndonos un límite, podamos desplegarnos más plenamente, potenciar nuestra mejor versión? Rotundamente sí. Y propongo que lo comprobéis personalmente, afirmando por adelantado que no es tarea fácil. Pensad:

En este momento de mi vida, ¿En qué momentos o aspectos de mi vida tendría que tener preparado un NO claro y contundente que me  cerrase un camino tal vez apetecible, pero  perjudicial para mí, y por eso mismo, me abriese la posibilidad de desplegarme hacia la persona que deseo ser?

Cada uno sabrá a qué tiene que decirSE no.

Voy a poner ejemplos de lo que nos sugiere Yung Pueblo en el párrafo citado:

  • DIGO NO a las distracciones (me distraigo con el móvil, con las vidas de otras personas, con las obligaciones autoimpuestas, y por ende inventadas), no a la falta de coherencia (no encontrar tiempo para las actividades que me hacen bien)
  • DIGO NO a los patrones de  conducta o formas de hacer o de ser que me remiten al pasado (autoinmolarme, no decir lo que pienso, deseo o siento, hacerme responsable de las emociones ajenas, buscar culpables, dejar que mi mente decida cómo tiene que ser la realidad en lugar de respetar la dinámica de cada momento y averiguar qué hay detrás de cada situación aparente)
  • DIGO NO a sólo hacer lo que es fácil, lo que no me cuesta esfuerzo o únicamente lo que me fluye. No a meditar 5’ en lugar de 30’ si sé que 30’ es lo mínimo para que mi ser funcione medianamente bien. No hablo de forzarse, sino de esforzarse. Forzarse implica violencia. Esforzarse implica poner intención, atención y energía aunque no me apetezca de entrada, porque sé que me conviene, que me hace bien. 
  • DIGO NO a la duda y al miedo (miedo a equivocarte, a arriesgarte, miedo a caer en la rutina aburrida de las parejas que no se renuevan, miedo a “acostumbrarte” a lo que tengo dejando de valorarlo y de ver la novedad que entraña la vida cada día, miedo a jubilarte y no hacer todo lo que habías pensado hacer, miedo a amar tanto que te lleve a sufrir, miedo a tu vulnerabilidad.Decir no a la duda es desterrar la costumbre de empezar frases con “Y si….”.

¿Por qué nos pasa esto? Porque nuestro cerebro esta cableado para la comodidad, y  nuestra alma para el crecimiento. Y ambos están en un tira y afloja permanente. Dependerá de nosotros el encontrar el equilibrio que nos lleve a ser la persona que deseamos ser. A nuestro cerebro le gusta el placer y detesta el dolor. Nuestra alma transmuta el dolor en aprendizaje. El sistema de recompensa grabado en nuestro cerebro está programado para repetir las experiencias placenteras (comer, tener sexo, socializar…) que activan la descarga de dopamina. Esta nos da una agradable sensación de bienestar, calma y relajación. Y está claro que siempre queremos más. Con el tiempo, nuestro cerebro aprende a asociar ciertas conductas con este chute de dopamina. Esta búsqueda de comodidad impulsada por la recompensa tenía mucho sentido en los seres humanos de los primeros tiempos porque los llevó a buscar refugio, compañía y a llenar sus estómagos, lo que incrementaba sus probabilidades de sobrevivir. Pero para nosotros, seres humanos del siglo XXI, este sistema puede llevarnos a realizar actividades muy poco saludables como son los atracones de series o de comidas, las relaciones tóxicas, las adicciones. En la prehistoria, evitar la incomodidad protegió a los primeros humanos de amenazas u peligros. Evitarlos era esencial para su supervivencia. Pero, en la civilización actual, este instinto que sigue grabado en nuestra biología puede llevarnos a postergar interminablemente  actividades muy beneficiosas para nosotros y a generar hábitos muy poco saludables.

Así pues, decirte no cuando detectes que es esta tendencia antigua lo que esta detrás de la conducta que vas a iniciar, significa decir sí a tu crecimiento personal, al despliegue de todo tu potencial , que va más allá de la inmediatez del chute de dopamina y te da una satisfacción personal que se prolonga en el tiempo y te hace sentir orgulos@ de ser quien eres.

Por eso, la propuesta del podcast de hoy es que te plantees la siguiente pregunta:

¿Hay algo a lo que quiero decir NO en mi vida, porque me encaminará a ser más quien quiero ser?

Pronunciar ese NO con cariño, con comprensión, con confianza te ayudará a ser coherente y a convertir ese límite en trampolín. Y descubrirás que lejos de limitarte, ese NO te libera.

Marita Osés

15 marzo 2024



Sea cual sea el momento de tu vida en el que te encuentras, si necesitas un espejo en el que mirarte y mayor confianza para dar un paso más, cuenta conmigo.
 

📧mos@mentor.es 📲+34 661 631 972 🗺️ C/Provenza 214 8º 2ª Barcelona (Presenciales Martes, jueves y viernes)

Puedes seguirme y contactar conmigo en mis RRSS: InstagramFacebook o LinkedIn  🔗 y en mi canal de YouTube


14.2.24

San Valentín 2024

 

A muchas mujeres les diría hoy: ÁMATE A TI MISMA como amas al prójimo, dándole la vuelta al enunciado cristiano del amor.

Todas las almas entregadas que corremos por este mundo deberíamos intentarlo y nuestro amor por el prójimo se purificaría.



Existe una motivación inconsciente en esa dedicación tan intensa a los demás, y es la de hacerse imprescindible. ¿Por qué? Porque cuando eres imprescindible es menos probable que te abandonen.

Así que ese amor devoto tiene un interés oculto, casi de supervivencia, aunque la persona que ama así no lo sepa. Eso no le resta valor, pero pagamos por ello un precio muy alto: Por miedo a ser abandonadas, nos desatendemos, perdiéndonos en el otro. Es decir, nos abandonamos. Por eso, en este día de corazones rojos en todos los escaparates, propongo llevar las manos al propio corazón y decirle:
“Estoy aquí, contigo, y no te dejaré nunca más.”

Marita Osés
14 de febrero de 2024